sábado, 23 de julio de 2016

Capítulo 1 +18


SOMETIDA AL PLACER



Capitulo 1

Apoyo las manos sobre su pecho impidiendo que se pose sobre mi. Puedo ver en su cara el disgusto y la decepción por no ceder a lo que, probablemente, iba a terminar en la cama.

  • -¡¿Qué?! - Se retira bruscamente mientras me mira a los ojos. -¿Por qué coño siempre haces igual? Me empiezo a cansar de tus juegos.
  • -Yo...lo siento, de verdad. - Tenía razón, siempre terminaba así. - No puedo, aún no...lo siento mucho.
Escondo mis ojos de su mirada castigadora que intenta martirizarme. Quiero salir de la habitación antes de que, sin poder evitarlo, comience a llorar. Pero su mano atrapa mi brazo impidiendo que salga de allí.
  • -¿Qué te ocurre, Alma? - Me obliga a mirarle y en ese momento mi escudo se rompe. - Llevamos así semanas, sin poder hacer...nada.
  • -Yo... lo siento, Barry. - Le abracé, intentando con todas mis fuerzas no desmoronarme por completo. - Siento haber dado una impresión que no era.
  • -¿Impresión? - Me doy cuenta de que no entiende a lo que me refiero. - Hemos estado a punto de irnos a la cama varias veces. ¿Qué cojones me estás contando?


No puedo hablar, tiene razón y toda esta situación es culpa mía.



  • -Dime algo Alma, ¿te gusto? ¿Quieres algo conmigo?
  • -Sí, claro que me gustas, es sólo que...
  • -¿Qué?
  • -Hace poco terminé una relación y no quiero comenzar algo que me ate nuevamente.
  • -Pensaba que eso ya estaba hablado. - Respiró hondo pasando sus manos por el pelo alborotado. - Quedamos que sólo había deseo sexual entre nosotros. En ningún momento planeamos nuestra boda.
  • -Para ti es fácil decirlo. - Hice una mueca mientras me recomponía, ahora mas calmada. - Tu no has tenido una relación estable en los últimos años que haya durado como la mía.
  • -Pensaba que le habías dejado tú.
  • -Así es. - Me puse las botas que había mandado al otro extremo de la habitación. - Pero eso no quita que quiera follarme a cualquiera que se ponga en mi camino.
  • -Cualquiera lo diría... - Sonrió de forma que, la verdad, me hirió. - Tu manera de hablar del sexo es muy significativa para cualquier hombre.
  • -Mi manera de ser o hablar es una cosa – Me indigné mientras mi culpabilidad se volvía enfado. - a quién deje ponerse entre mis piernas es otra.
  • -Ya veo ya... - Me agarró la cintura y se acercó a mi oído. - ¿Cuándo me dejarás meterme entre ellas?
  • -Tengo que irme. - Me aparté bruscamente. - Ya te llamaré.


Me fui sin dejarle abrir la boca. Camino a casa leía los mensajes que tenía en el móvil. Me maldije por que tenía que darle la razón a Barry, mi manera de hablar no dejaba mucho a la imaginación. Cualquiera podría interpretar que mis palabras eran una provocación sexual descarada. Tenía que evitar ser así de liberal hablando de sexo y cortarme a la hora de mantener una conversación en la que se mencionaran cosas de cama.

Estaba demasiado acostumbrada a hablar con Jake de ese tema y me era muy fácil sacar o continuar un tema sexual en el que se podía interpretar como que estaba ligando.

Pensé en mi ex, al cual era algo que lo molestaba de sobremanera y podía entenderlo, yo no era muy distinta en cuanto seguía el royo con cualquier mujer.

Cuando llegué a mi hogar y Jake abrió la puerta me encontró empapada y con los ojos enrojecidos.
  • -¿Qué coño te ha pasado? - Preguntó cerrando la puerta tras de mi mientras no me quitaba el ojo de encima.
  • -No preguntes, sólo quiero ponerme seca y limpia y tumbarme en el sofá con la botella de Brugal.
  • -Se ve que ha ido muy bien la noche.
  • -Cállate, Jake.

Cuando me puse mi pijama caliente de pelo, me tumbé en el sofá y vi aparecer a mi compañero de piso con dos vasos y la botella de ron, vi el paraiso.
Había tenido un día horrible, tanto en el trabajo como fuera de el, lo que necesitaba era una noche con mi gran amigo para intentar desahogarme.

  • -¿Me vas a contar que ha pasado con Barry? - Preguntó llenando mi vaso.
  • -No he podido hacerlo. - Respondí alargando la mano para alcanzar el vaso. - Se ha enfadado, con razón, y yo también.
  • -¿Por qué quedas con él?
  • -Me gusta. - Di un trago y cerré los ojos saboreando su dulce calor. - Pero no puedo acostarme con él, me bloqueo.
  • -Tú no eres así, Alma. Tú no eres como yo. - Miró al suelo haciendo una mueca. - No puedes usar a las personas para satisfacerte. Piensas demasiado en los demás.
  • -Tú no eres así, Jake, no digas tonterias. - Le regañé. - Es sólo que no tienes suerte con las mujeres.
  • -Rehuyo de ellas. Me acuesto con ellas, las utilizo y después las echo de mi vida.
  • -Yo sigo en tu vida.
  • -Tu no te has metido en mi cama, cariño.
  • -Realmente si. - Asentí dando el último trago a mi ron. - Hemos dormido muchas veces juntos.
  • -Nunca hemos follado, Alma. - Me volvió a servir mas alcohol. - Y creeme, en parte me gustaría, pero te quiero demasiado.

Y era cierto. Nos conocíamos desde el instituto, habíamos vivido muchas cosas juntos, muchas penas y alegrias. Éramos mas que amigos o compañeros de piso, éramos como hermanos. Jamás habría entre nosotros nada sexual.
Escuché mi móvil sonar. Lo buscaba por la mesita de estar y el sofá, hasta que me di cuenta que lo había dejado encima de la encimera. Un mensaje de Barry.


"Me hubiera gustado terminar esta noche en la cama"


  • -Jake, un mensaje de Barry. - Le avisé lanzando el móvil.
  • -Si no vas acostarte con él deberías dejarselo claro.
  • Lo sé. Pero realmente quiero hacerlo. - Agarré nuevamente el teléfono para responder al mensaje. - Me gusta, Jake, me gusta mucho y me pone de verdad.
  • -¿Qué hay de ese chico que conociste el viernes pasado? - Me cambió de tema.
  • -¿Chris? - Pregunté mientras desbloqueaba el terminal para contestar. - Le dije que le llamaría.

"Creeme, me gustaría cumplir lo que digo"


  • -Siempre dices que los llamarás, pero nunca les llamas. Pobrecitos. -Me quitó el móvil de las manos. - Creo que necesitas ayuda, cielo, alguien que te guíe por que no sabes que decisiones tomar.
  • -Tonterías. - O no, por que desde que terminé con mi ex, había perdido un poco el norte de mi vida. - Se tomar mis propias decisiones, dame el móvil. ¿Qué estás haciendo?
  • -Ayudarte. - Lo vi ponerse el teléfono en la oreja y sonreir. - ¿Sí?, ¿Barry? Soy el compañero de piso de Alma, Barry. ¿Te gustaría venir mañana a cenar?.
  • ¿Qué demonios estás haciendo? - Hacía gestos con las manos presa del pánico. -
  • -Sí, claro. Un vino estará bien. -Me hizo un gesto con el pulgar. - A las 9, si, perfecto.
  • -¿Qué coño...? - Le arrebaté el móvil enfadada. -¿Por qué has hecho eso?
  • Quiero conocerle, ver como es y darte la oportunidad de que, si te gusta tanto como dices, te lo folles de una maldita vez.

Otro mensaje nos sacó de la discusión. Nuevamente Barry había comenzado nuestro juego de mensajes sexuales.


"Estoy deseando verte mañana, aunque espero que en la cama no esté tu compañero"
"No suelo acostumbrar hacer tríos"
"¿Eso quiere decir que has hecho alguno?
"No, ninguno, y tampoco tengo interés"
"¿Qué hay entre tu compañero y tu? Nunca me has hablado de él"
"Es un buen amigo, nada mas."
"Espero no ser un buen amigo para ti"
"No quiero follar con mis amigos"
"Y...¿Conmigo?"
"Estoy deseando"
"No parecía eso esta noche y las veces anteriores"
"Hagamos un trato"
"¿Qué propones ahora, Alma"
"si mañana no terminamos corriéndonos el uno con el otro, no nos veremos más"
"No se si quieres deshacerte de mi o simplemente lo dices enserio"
"Ya te lo he dicho muchas veces, quiero follarte hasta que grites mi nombre"



Su "escribiendo..." me impacientaba y sentir los ojos de Jake clavados en mi cara no ayudaba.
  • -¿Qué? - Le pregunté.
  • -Nada, ¿puedo saber que has escrito?
  • -Claro, lee.

Le pasé el móvil y sus labios marcaron una sonrisa.

  • -Te estás exponiendo mucho, Alma. ¿Serás capaz de cumplirlo?
  • -Quiero acostarme con él.
  • -No me refiero a eso. - Me miró. - ¿Serás capaz de cumplir el no verle más?
  • -¿Por qué das por hecho que no podré tirarmelo?
  • -Por que te conozco. - Se levantó, me dio un beso en la frente y se retiró a hasta su habitación. - Me voy a dormir, y tú deberías hacer lo mismo.


Miré el reloj y efectivamente, era bastante tarde. Mañana tenía que madrugar para ir al trabajo antes y preparar el material de una operación a primera hora de la mañana. Estando en practicas no podía permitirme llegar tarde o distraerme con tonterias. Escribí un mensaje de despedida a Barry y me metí en la cama después de programar la alarma.


"Su cuerpo aprisiona el mio contra la pared mientras puedo sentir su respiración alterada en mi cuello. Su erección golpea mi culo haciendo que mi cuerpo se tense y se excite cada vez mas al notarle tan alterado.
Me da la vuelta, me abre la camisa haciendo saltar los botones y sus manos toman mis pechos. Apretando y haciendo que me estremezca con el tacto de su piel.

Sus ojos se clavan en los mios, oscuros y siniestros llenos de lujuria. Acerca su boca a la mia y noto su miembro, luchando por salir de los pantalones, apretando contra mi barriga.


  • Me encanta que te sometas, me pone muy cachondo verte tan entregada siempre ante mi.
  • Yo...¿Quién...quién eres tu? - Entre jadeos que se cortan por mi excitación logro decir.
  • Shuuuu. - Posa un dedo en mi boca. - No tienes que hablar.

Su dedo recorre mi cuerpo lentamente, acelerando mi respiración con cada nueva zona recorrida. Lo posa en mi entrepierna y y un gemido se escapa de mi boca. Sólo me separa de su mano la ropa y mis bragas, que puedo notar empapadas por él.


Agarra mi coño con la mano, como si estuviese hecho a medida para él, y me aprieta, haciendo que mi boca se abra sola.


  • -Es tan...gratificante verte desmoronarte ante mi. - Una de sus manos me agarra el cuello, ejerciendo la fuerza necesaria para no estrangularme. - Pero esta vez no me puedo entretener en descubrir cada parte de este precioso cuerpo. Hoy no.

Me baja los pantalones de un tirón, llevándose consigo las bragas. Agarra mis muslos y me abre las piernas para darse paso ante mi. Pasa su mano por mi intimidad, impregnándose con mi humedad y restregándola por toda mi entrepierna. Se posiciona en medio y sin mediar palabra ni dudar me embiste salvajemente una y otra vez, hasta que siento como el orgasmo se apresa de nosotros. Primero yo, y después él. Se deja caer con el último empujón, mientras su semen caliente se derrama en mi interior.

Me despierto sobresaltada, excitada y empapada en sudor. Miro el reloj y son las 4:30 de la madrugada. Llevaba una semana teniendo esos sueños con un desconocido, sometiéndome a él, disfrutando, gimiendo, y no le conocía absolutamente de nada. Me levanto de la cama y voy a la cocina a por un vaso de agua. Decido hacerme un vaso de leche caliente para volver a recoger el sueño. Aún quedan unas horas para las 6:45.


Mientras caliento mis manos con la taza, me pongo a pensar en lo que puede significar aquellos sueños. Quizás mi mente me intenta decir algo. Recuerdo hace años cuando tenía pesadillas en las que me lesionaba, que el Doctor Amerson me explicó que nuestros sueños siempre van ligados a nuestras emociones. Que muchas veces, lo que soñamos nos ayuda a elegir que camino debemos tomar. Era, según él, algo terapéutico, como una investigación por nuestras necesidades y deseos, o incluso problemas que tenemos y necesitamos resolver.


Quizás lo que mis sueños intentaban decirme era que debería dejarme llevar con Barry, que ya había cumplido mi tiempo en el banquillo después de acabar mi relación, quizás y sólo quizás, tenía el derecho de volver a sentir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario